Cuando el cáncer “exterminaba” a los mexiquenses apareció el Dr. José Luis Barrera Franco quien al frente del Centro Oncológico del ISSEMyM, se convirtió en el principal rival de esta enfermedad en el Estado de México. En esa guerra frontal su tarea fue salvar vidas y no tengo duda, logró salvar miles.
Siempre con una sonrisa y una mirada que parecía un “tomógrafo” escondido entre sus anteojos, recibía a todos por igual en su oficina.
Desde la primera entrevista diagnosticamos una amistad que duró por muchos años. Las visitas eran constantes a este centro oncológico, pues decía, necesitamos difundir qué es el cáncer para su pronta detección.
En las charlas más que entrevistas, el doctor Barrera Franco aceptaba que el cáncer nos estaba dando una “paliza” en el Estado de México, de ahí la imperante necesidad de crear un centro de atención exclusivo para el Valle de Toluca.
Ya con este centro, me decía, el cáncer no nos noquea pues ya le damos batalla y le aguantamos varios rounds. La prevención, era, refirió, un “gancho al hígado” para el rival.
Barrera Franco cuando era necesario se quitaba la playera institucional y si tenía que decir que no había medicinas en el Centro Oncológico, lo decía. Siempre se ponía del lado de los pacientes.
Años atrás cuando el ISSEMyM no tenía “cubrebocas”, el doctor nos recibía sin el engorroso trámite de solicitud de una entrevista que hoy es ya una misión imposible.
Eso nos alejo pero cuando había oportunidad de encontrarnos, disfrutábamos las charlas. Todavía recuerdo un recorrido al Centro Oncológico para presumir un acelerador lineal.
Este hospital, decía, nada le pide a los grandes centros oncológicos del país, tiene todo para tratar esta enfermedad que era la causante de miles de muertes en la entidad.
Siempre se mostraba agradecido con las entrevista y reconocía la labor de los medios de comunicación, pues consideraba que la difusión era parte del medicamento para prevenir este mal.
La llegada de la pandemia de Covid-19, nos alejó y jamás volvimos a reencontrarnos. Una enfermedad poco a poco lo fue venciendo y todavía asistió a una ceremonia para que este centro llevara su nombre.
A esta evento, nunca fuimos invitados los medios de comunicación, y en lo particular me llena de coraje que no haya sido así, pues me quitaron la posibilidad de estrechar la mano del doctor José Luis Barrera Franco, quizá el rival más fuerte para el cáncer en el Estado de México.
Descanse en paz, mi amigo el doctor Barrera Franco.
