Después de casi un siglo de existencia, el café Impala un restaurante de tradición en Toluca no soportó la pandemia y cerró sus puertas; hoy después de dos años de bajar las cortinas, regresan los tradicionales chilaquiles toluqueños y el delicioso café tras la apertura de café “El Impalita”.
Enclavado en la colonia Sor Juana Inés de la Cruz en la calle de Tenango número 200, el café Impalita ha abierto sus puertas con el fin de reconquistar a los paladares con sus platillos tradicionales.
El café Impala cerró sus puertas ubicadas en la calle de Bravo, su última sede. Ello, originó tristeza, pues formaba parte de la historia de la ciudad, ya que fue mesa de muchos políticos de renombre.
Su origen se remonta por allá de los años 1928 y su ubicación pasó por la esquina del Jardín de los Mártires con Independencia ahí estuvo aproximadamente 5 años, para después establecerse en Independencia esquina con Belisario Domínguez junto a la Catedral, con el nombre de La Terminal.
Después pasó a Matamoros e Hidalgo, luego a Portal Madero número 218, donde tuvo su época de oro al ser punto de reunión de la clase política incluyendo a los gobernadores Carlos Hank, Jorge Jiménez Cantú y hasta Salvador Sánchez Colin, así como actores de la talla de Ernesto Alonso.
Fue en 1990 cuando se instala en la calle de Bravo casi esquina con Morelos y ahí se mantuvo hasta que llegó la pandemia y aunque provocó un cierre temporal, se consumó el fin.
Aunque muchos pensaban que todo había acabado, personal de lo que fue este restaurante se aventuran a revivir en parte los platillos que lo caracterizaron.
“Es la misma cocinera y pues yo que fui mesero por muchos años de este restaurante que ha marcado historia en Toluca”, refirió Martín, mesero de este lugar que ofrece este nuevo concepto.
Los chilaquiles Toluqueños que se sirven con pollo, chorizo y un huevo, bañados en salsa roja y una alfombra de queso, representa su platillo principal.
Además, el tradicional café con una mezcla especial de granos, también forma parte del menú en este nuevo restaurante donde los clientes son tratados “con pinzas”.
Si usted quiere recordar aquellos platillos al son de una buena charla, este es lugar ubicado en la calle de Tenango a una cuadra de Lerdo es muy recomendado.
