El comandante y policía de investigación de la FGJEM, Germán Urbina, era muy respetado en la zona norte, de donde era originario y donde anhelaba regresar después de ser enviado a la zona sur del Estado, donde lamentablemente perdió la vida, luego de la emboscada ocurrida en Texcaltitlán.
“El Chapito”, como era conocido por sus amigos, vivía en el municipio de Jocotitlán, de donde era originario y desde muy joven se entregó a la vocación policíaca.
Con más de 20 años de servicio en la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), estuvo adscrito al centro de justicia de Ixtlahuaca.
También fue miembro por casi ocho años del grupo antisecuestros de la misma dependencia.
Como un “policía muy entrón”, fue descrito por varios de sus amigos, Germán Urbina, a quien hace poco más de un año había sido asignado a la zona sur del Estado.
“Ya no quería estar en el sur, eso me lo confesó y buscaba su cambio de nueva cuenta para Ixtlahuaca”, relató uno de sus amigos.
Germán Urbina, añadió su amigo, era un padre ejemplar de una niña y un niño, inclusive tenía el proyecto de preparar a su pequeño en el deporte de las artes marciales mixtas.
Se espera que sus familiares le brinden el último adiós al “Chapito”este sábado en el panteón de la comunidad de Mavoro, en Jocotitlan.
