Texcaltitlan, Méx.- Balas, balas y mas balas, la explicación simple: un enfrentamiento con 10 muertos. Una colina, árboles y viviendas aparentemente abandonadas, los únicos testigos.
Camino a la entrada al sur mexiquense, los policías estatales marcaban la ruta, primero La Puerta, luego el paraje Las Juntas, después solo restaurantes de truchas.
Estábamos cerca, me decía un mensaje que con retraso entraba a mi celular. La llegada a Palo Amarillo según una señalización sobre la carretera Toluca-Sultepec, daba buenas señales.
Un helicóptero sobrevolando la zona nos guiaba y la respuesta de la propietaria de una tienda: váyase por ahí, todo para abajo, más nos acercaba al lugar de los hechos.
No era así, una vez que nos internamos a la zona boscosa y el paso de una población fantasma, con un templo católico y un campo de futbol en silencio, aparecieron varios caminos.
Poco más de una hora nos llevo llegar al lugar. Las viviendas del lugar parecían en el abandono, y las pocas personas que encontrábamos al camino, solo se limitaban a decir por allá, por allá.
Así, atrás de una cortina de árboles, una colina y ahí, decenas de unidades policiacas, incluyendo un par de vehículos Rino de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México que solo se ven en los desfiles.
Elementos de la Guardia Nacional impedían el paso al lugar, solo a lo lejos podía observarse decenas de unidades policiacas. La llegada de unidades del Servicio Médico Forense, activaron las cámaras fotográficas de los medios que ahí nos encontramos.
“Ya nos dijo uno de la guardia que quizá nos dejen hacer unas tomas más allá”, comentó una compañera reportera.
Esas son las promesas de siempre, pensé y me retiré del lugar para buscar un sitio de mejor tiro para una imagen descriptiva del hecho.
Así, después de invadir un terreno y subir parte de una loma, permitió observar con el lente de la cámara fotográfica un mejor ángulo. De ahí tiramos todos hasta que una voz fuerte de elementos de la Sedena, nos hizo retroceder.
A tan solo unos metros de distancia y detrás de unos árboles: el escenario donde se encontraban 10 cuerpos sin vida, varios vehículos y armas.
Alguien los puso, refería un ex mando policiaco. Ya iban por ellos y los superaron en número. Algunos al verse sorprendidos quisieron huir, pero fue en vano.
Los muertos ya no podrán hablar, los heridos y asegurados muy difícilmente los dejarán contar la realidad, yo creo que no ni los árboles ni las viviendas se atreverán a mencionar lo sucedido, una verdadera matanza.
